Tuvimos que salir del bar, la música estaba demasiado alta y la tasa de alcohol empezaba a estar al mismo nivel que la música. Empezamos a caminar y pronto nos dimos cuenta que mejor sería apoyarnos el uno en el otro, nos reímos sin motivo hasta que perdimos de vista el bar de donde habíamos partido. Pronto se detuvo, tardé unos segundos en ver que ahora yo caminaba solo y seguía riendo, cuando me percaté di la vuelta y miré a Andrés, estaba clavado, con los pies fijos frente a un columpio al que le faltaba su asiento gemelo. Parecía como si algo le hubiese hecho perder cada gota de alcohol de golpe. -"¿no me vas a decir nada más?"- dijo mirando al suelo, no entendía que quería que le dijera, pronto me acerqué a él y el monólogo seguía, ahora mirando al columpio, me dí cuenta que no hablaba conmigo, se trataba de ecos del pasado que volvían a su memoria -"esas fueron sus palabras, las que me hicieron darme cuenta mientras la miraba balancearse hacia atrás y hacia delante, de lo importante que sería en mi vida esa chica con grandes ojos y oscuros como su pelo, no supe que contestar, sabía que ella buscaba mi primer paso hacia formalizar nuestros encuentros como simples amigos"-. 
-"Vámonos, tengo frío"- le dije a Andrés, en una calurosa noche de verano mis intenciones de no verle recordar quedaban claras, siguió hablando como si no estuviera allí.
-"Balbuceé, tragué saliva, metí mis manos en los bolsillos, y miré al suelo, como los niños cuando les regaña el profesor en el patio del colegio y reconocen así su culpa. Mirando al suelo entraron en plano sus pies, ahora ya estaba frente a mí, ¿sabes? ", qué podía hacer"-.
Le miré, esperando saber más, sin querer preguntar, sé que deseaba recordar ese momento y mi voz sería algo extraño en su relato. -"Bueno, yo pensé que estando tan cerca me besaría, pero cuando se acercó a mí, mi boca encontró casi su oreja"- Reímos a carcajadas por unos segundos, -"me equivoqué de intenciones, pero su abrazo significó más aún. Me dijo al oído, Sí quiero salir contigo, chico tímido"-.

-"Vámonos, tengo frío"- le dije a Andrés, en una calurosa noche de verano mis intenciones de no verle recordar quedaban claras, siguió hablando como si no estuviera allí.
-"Balbuceé, tragué saliva, metí mis manos en los bolsillos, y miré al suelo, como los niños cuando les regaña el profesor en el patio del colegio y reconocen así su culpa. Mirando al suelo entraron en plano sus pies, ahora ya estaba frente a mí, ¿sabes? ", qué podía hacer"-.
Le miré, esperando saber más, sin querer preguntar, sé que deseaba recordar ese momento y mi voz sería algo extraño en su relato. -"Bueno, yo pensé que estando tan cerca me besaría, pero cuando se acercó a mí, mi boca encontró casi su oreja"- Reímos a carcajadas por unos segundos, -"me equivoqué de intenciones, pero su abrazo significó más aún. Me dijo al oído, Sí quiero salir contigo, chico tímido"-.