Donde nos dijeron digo...

"Y tus padres se decían "déjale", y tu seguías jugando con algo peligroso o asqueroso triunfante de haberte salido con la tuya. Era una tregua tan solo.
Sabían bien lo que encontraríamos después. Los juegos son muy diferentes, las realidad parece tan distinta a lo que nos prometieron que no tenemos la sensación de estar en el mismo sitio que entonces. Desubicados. Si ibas por donde no debías te caías, y tenías un chandal roto y un rasguño en la rodilla. Todos los amigos eran promesas del fútbol y doctoradas en modelos profesionales. Pero luego tienes voz dura, algo de pelo en la cara, y tus compañeros de juego resultan ser, futbolistas frustrados y por otro lado, excelentes cirujanas profesionales, que pueden hacerte un rasguño sin dejar huella en tu chandal, ni herida las rodillas"
Amigo,.-me dice- ahora tengo dos motocicletas, una que me compré, y otra que me vendieron. Y entre risas nos metimos en el coche

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Es mejor el chándal roto y el rasguño en la rodilla...creo que es mejor seguir siendo pequeña.

((Aunque me caigo y me caigo y me seguiré cayendo))

Anónimo dijo...

Creo que a veces lo importante no es llegar a ser lo que hemos soñado, sino dónde y con quién lo soñamos...