A ver que traía, a ver si aparecía con mejor cara que cuando se fue. Eso era lo que pensaba allí sentado.
A lo lejos vi una cabeza que sobresalía por encima de la mayoría, ya empezaba a sonreír, me había visto antes de bajar del tren y venía directo hacía mi. Frente a frente un corto silencio. "Estás echo una pena cabrón",
el contestó, "Infantilmente mejor si mientes". Metió la mano en el bolsillo de su chaqueta, sacó una hoja de papel y me la dio.
"Para que no preguntes más". Me daba igual lo que hubiera escrito, ya había vuelto. "¿Dónde me invitas a cenar?" y nos fuimos de allí.
1 comentario:
Vuelve sonriendo aunque está echo una pena...
¿Qué pondrá en ese papel? Da igual, ya ha vuelto.
Que aproveche chicos.
Publicar un comentario